Memorias del destino

¿Puede el destino, aún por suceder, dejar recuerdos? A veces nuestra propia historia no es más que la consecuencia del futuro que todos tenemos escrito.

Decía el genial Oscar Wilde que todo santo tiene un pasado, y todo pecador un futuro; esa reflexión agridulce es una enseñanza a la vez escarmentada y esperanzada, significa que lo que hemos sido siempre nos acompaña en forma de Memoria, lo que le da a los actos de nuestra vida algo de irrevocable, pero sin embargo significa también que nunca está todo dicho, de modo que lo que aspiramos a ser viaja con nosotros como una posibilidad siempre abierta, en forma de esperanza.
Memoria y Esperanza conforman nuestro Destino y estos relatos, escritos desde la cárcel, están urdidos con algo de ambas.