Artes escritas en Toscana, editado por el profesor Dr. Ilia Galán
Un grupo de artistas, escritores, músicos, poetas y pensadores amigos, deciden juntarse cada verano una de las regiones más bellas del planeta, la Maremma Toscana, donde el filósofo y poeta, Ilia Galán, los acoge en sus dependencias señoriales y maltrechas del castillo longobardo de Tatti, del s. XI, desde el que se divisa el mar y las islas de Córcega y Elba, entre colinas boscosas y valles fecundos de viñas, trigos y olivares.
En Tatti coinciden con otros artistas italianos, escritores y fotógrafos y las tertulias, las noches de vino y velas se suceden con fiestas, como las excursiones mañaneras, los baños en playas a donde los pinares llegan, casi vírgenes, y los descubrimientos entre sepulcros etruscos o vestigios renacentistas. También en el pueblo de al lado, Prata, se albergan algunos, en otra casa, también de Ilia Galán, como en casa del compositor Josué Bonnín de Góngora. Cada uno escribe lo que gusta en esas vacaciones fecundas.
En Tatti coinciden con otros singulares veraneantes, el famoso pensador Giuseppe Genna, Alessandra Ciatini, antropóloga, especializada en brujería y religiones mistéricas, críticos de arte como Gustavo Cuccini y filósofos o científicos de universidades italianas o extranjeras. Son comunes las jornadas de encuentro en Umbría o Toscana, descubriendo sus maravillas presentes y pasadas con directores de cine, periodistas como Marco Cerbella, pintores como Franco Venanti o la suiza Verena da Nève, poetas como el austriaco Karl Lubomirski o Franco Fedeli, escritores como Juan Manuel de Prada, sobreviviendo todos con su alegría festiva al coronavirus. En Italia es posible la vida feliz en que conviven artistas de todos los países, sin rencillas, continuando a los precursores del Grand Tour, como Moratín, Goethe, Byron, los Shelley...