CRUZAMOS EL PUENTE DE LOS ESPEJOS CON… CLEOFÉ CAMPUZANO MARCO: “A AQUEL REMANSO LE DEBO UNA ISLA”

    CRUZAMOS EL PUENTE DE LOS ESPEJOS CON… CLEOFÉ CAMPUZANO MARCO: “A AQUEL REMANSO LE DEBO UNA ISLA”

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    Acercarse a una flor y descubrir su lenguaje es algo extraño, un acto que necesita tiempo y dedicación y atrapa al subconsciente en el intento de la lógica. Desde la extrañeza encontramos aquello que parece eterno pero que da fe de la fugacidad de la vida, descubrimos el tiempo que no se detiene y la certeza de la muerte. Sentimos la belleza y el ímpetu de la Naturaleza que nos atrapa en el dolor y nos abre el pensamiento. Así llegamos a la poesía de Cleofé Campuzano, a un remanso en el que disfrutar de los símbolos y la divagación.

    “A aquel remanso le debo una isla. / Un lugar donde la exuberante naturaleza haya perdido el juicio / y sea capaz de recordar. / En aquel distrito habitable, sobre una flor, la duda ya no es, / está fuera de término; ahora abastece tu fuerza y te levanta / sobre ti y el temor es desértico, lejano como los ojos que no / miran, como un volcán victorioso al eclosionar ajeno a las cosas”.

    El lenguaje es transpirable, deja que los significados traspasen los versos para crear emoción donde la realidad solo es huella. La poeta siente el pasado y nos hace acomodarnos en él, sintiendo la herida que nos define y afincándonos en un presente ya vivido, que no quiere saber de futuros por temor. La palabra es intemperie, paisaje que deslumbra y acontece a través del pensamiento. Un juego expresivo y cerrado que deriva en el transcurrir de la vida.