Entrevista a Ángela Martín del Burgo en Oceanum

    Entrevista a Ángela Martín del Burgo en Oceanum

    En El hotel de las Mil Grullas, los cinco personajes que escenifican esta historia —nunca mejor dicho—, son muy dispares en cuanto a edad o circunstancias personales. Pero esa diferencia es solo uno de los temas de la obra. También lo son el amor, la soledad (ya apuntada en la imagen de la portada), la compasión o la búsqueda de la belleza. Creo que hay varios confluyendo en esta obra, ¿he acertado? 

    Sí, ha acertado. Esos cinco personajes, con diferentes edades y características, manera de ser y comportamiento, aparecen en la obra y esa diferencia entre ellos es lo que va a dar lugar al conflicto dramático. Pero la obra busca una armonía, una comprensión, que está en el entendimiento y en la compasión hacia el otro, a través también del amor y de la belleza. Y ahí está presente de algún modo la cultura japonesa. “Hay que tener —leemos— la capacidad suficiente para percibir la presencia de la estrella polar en el cielo meridional”. Esta paradoja nos habla de armonizar los opuestos; de buscar armonía entre personajes aparentemente opuestos: Olga y Claudia, madre e hija, la madurez y la juventud. “Las dos cabrían en una habitación vacía”, dice Rodolfo. “Que en una habitación vacía caben perfectamente en armonía cualquier pareja de opuestos”. Y dice de él mismo ser “alguien en cuyo corazón tiene lugar el vacío. El vacío tal como lo entiende la cultura japonesa tradicional, el taoísmo y el zen”. “Una persona capaz de convertirse en un vacío donde los demás puedan entrar libremente sería dueña de todas las situaciones. El todo siempre puede dominar a la parte”. “En mí hago el vacío para que todos vosotros quepáis allí. Y por eso me gusta mirar y observaros y entenderos”. Volveré a hablar de la belleza en otras preguntas.

    En esas grullas migratorias, de algún modo, he querido ver, acaso, un guiño a una conocida obra 29 de Beckett…, que se menciona, además, en estas páginas. No es el único, por lo que le preguntaría por ellos, en especial por el mencionado a la obra de Beckett.

    Sí; evidentemente en la obra hay un guiño literario a la obra de Beckett, Esperando a Godot. Y es que las dos obras coinciden en una espera, en que los personajes esperan la llegada de algo o alguien. En la obra de Beckett esperan a Godot como quien aguarda la llegada del significado, de alguien que dé significado a la vida. En esta obra, los personajes aguardan la llegada de las grullas con un sentido diferente, del que después hablaremos, pero en concomitancia con esa obra en ese esperar la llegada de algo que va a ser muy revelador en la vida de cada uno de los personajes y en la nuestra. Siempre la espera como metáfora de la vida. En la obra leemos: “Es mejor esperarlas así, asombrados [a las grullas]” (Rodolfo). “Parece que estamos esperando a Godot” (Olga). Pero no es el único guiño literario como dice. Hemos hablado de los haikus, de la cultura japonesa, del concepto del vacío; hay otras citas como el cine de Fellini o la poesía de Cernuda.