La fuerza sináptica del pensamiento de Andrés Ortiz-Osés, por Javier Otaola (y Vivencias y convivencias 60)
A modo de estrambote, introito,
conterilla, coletilla, corchea u hopalanda
Conocer y tratar a Andrés Ortiz-Osésy acceder a su pensamiento es una de las mejores cosas que me han sucedido en la vida. En una de las muchas visitas que hacía a Andrés en la Universidad de Deusto, en aquella ocasión con José Luis Cobos —otro admirador de Ortiz-Osés— me decía que era un placer escucharle, y abundaba en esa idea confesándome que a cierta edad los verdaderos placeres de la vida son precisamente esas «sinapsis inesperadas» que nos provocan algunas conversaciones y algunas lecturas. Aquí está a mi juicio una de las claves de la sorprendente originalidad del pensamiento de Andrés Ortiz-Osés.
Hoy sabemos que las transmisiones químicas y eléctricas que se vehiculan a través de nuestras células neuronales, no se hacen a través de conductos continuos como en un cableado eléctrico normal, sino por aproximaciones celulares que se enlazan sin tocarse gracias a pequeños impulsos eléctricos o trasmisores químicos: la sinapsis.
La sinapsis (del griego σύναψις [sýnapsis], ‘unión’, ‘enlace’) es una aproximación (funcional) intercelular especializada entre neuronas a través de la cual nuestras células se relacionan y en cierto modo «conversan». La fuerza de una sinapsis viene dada por el cambio del potencial de membrana que ocurre cuando se activan los receptores de neurotransmisores, y sabemos también que los cambios en la fuerza sináptica de larga duración pueden alterar la estructura de la propia neurona, lo que a la postre significa que en la microscópica intimidad de nuestra red neuronal se produce un fenómeno mediante el cual lo ideal y mental no solo contacta con lo material y carnal, sino que puede transformarlo gracias a un mecanismo de plasticidad sináptica. El aprendizaje y la memoria humana se explican precisamente por esa plasticidad sináptica.
La obra filosófica de Andrés Ortiz-Osés —de la que El secreto de existir no es sino una pequeña muestra—, ha manifestado desde sus principios una vocación relacional queaproxima lo aparentemente distante y nos descubre constantementeinsospechadas conexiones entre realidades que parecendistintas y distantes y así nos regala con ese placer íntimode la comprensión, lo que José Luis Cobos denomina«sinapsis inesperadas» que como pequeños chispazos neuronales nos cosquillean el cerebro y el alma.
En El Secreto de existircrea Andrés un neologismo de los suyos —esos torcimientos reveladores que sacan tesoros de significado ocultos en manidas palabras—, así el aforistmo nos descubre ese carácter relacional, sináptico, que es una constante de la obra y de la vida de Andrés. El aforistmono se limita simplemente a «decir» algo, sino que se propone romper una inercia, descubrir una novedad, combinar una dualidad valiéndose de una lengua de significadodel mismo modo que el istmo lo hace con una lengua de tierra; relacionar, unir, poner en contacto dos ideas, dos significados, dos nombres, dos sentimientos…, que parecían islotes, que a través del juego de significados que Andrés nos propone, sorprendentemente, descubrimos que están secretamente vinculados. Este podría ser a la postre el leit-motiv de El secreto de existir: de una manera o de otra Ortiz-Osés nos vasecretando en pequeñas dosis —o «diócesis» que dice el alternativo—en su multitud de aforistmosquenuestra existencia es radical e irremediablemente dual e inestable, es una tauromaquia sin fin entre el «maestro de luces» y la «sombra», que bailan en el redondel de la vida, solo separados por el capote y la muleta, así: «La esencia de nuestra existencia: dualéctica de disensión y distensión»; «Conocerse a uno mismo: y a algún otro»; «El ser de la realidad dice relación: el cual tiene un componente objetivo como estructura racional y un componente subjetivo como urdimbre real»; «Conócete a ti mismo: a través del otro»; «Sin amor no hay sentido: y con amor hay un sentido amenazado»…, y así, con sus artículos, sus paradojas, sus aforistmos es capaz Andrés de producirnos chispazos neuroeléctricos que nos iluminan por dentro y por fuera y nos correlacionan con nuestras realidades e irrealidades. ¡Bendito seas Andrés!
VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 60
---Un Dios luminoso y umbrío (Luis Garagalza).
---Celebramos el V centenario de la reforma de Lutero: y la celebramos con 500 años de retraso por nuestra contrareforma.
---La Iglesia me acogió de niño en mi orfandad: y me recoge de viejo en la orfandad de mí mismo.
---Ay, Señor, cuándo nos llevarás.
---No vender el alma al diablo: vender al diablo.
---No quiero ningún heroísmo: quiero ser yo mismo.
---Me desahogo criticando como Job nuestro destino: me desahogo “jobialmente”.
---Job no era el divino paciente: sino el hombre inquieto e impaciente a la búsqueda de un sentido en fuga.
---Que san Job me proteja: de mí mismo y de los demás.
---Mi filosofía es “numinosa”: a la vez luminosa y oscura, ambivalente, razón y desazón.
---La efervescencia del corazón: y el no fervor de la razón.
---Ando un poco flojo de testa: así no soy tan testarudo.
---La quimioterapia te deja algo zumbado o zombi: algo pirado y tirado.
---Intentan curar el cáncer a cañonazos.
---Se nos exige aguantar el tipo hasta el final: pero el final resulta inaguantable.
---Vivir es finalmente desvivirse.
---Las ideas no mueren: la mayoría están muertas y las demás enterradas vivas.
---Llueve melancólicamente: las gotas de agua se acaban filtrando por los ojos llorosos.
---La nada según mosén Domingo Agudo: un hombre desnudo con las manos en los bolsillos.
---Mi visión del ser: un hombre desnudo con las manos en la masa.
---Me delata el subconsciente y escribo Escribá de Balaguer en lugar de Escrivá: bueno, en realidad era un escriba.
---Recuperar la infancia espiritual.
---He pasado de profesor de ontología a paciente de oncología: traspaso del ser a la nada.
---No leemos la Biblia en español como para leerla en hebreo.
---La visión anticlerical del cura que ronda al moribundo: como un cuervo.
---En la vida siempre hay una última salida: el salto mortal, el vuelo trascendental.
---Cuando me vaya se irá una persona irrepetible: como todos.
---Me salvan dos contrarios enlazados: la mala leche y el buen humor.
---Me tomo mi enfermedad en serio y con humor: simultáneamente.
---Contra el Dios-verdugo de cierta tradición: traición.
---Todos los cuerdos estamos de acuerdo y somos de la misma cuerda: liberal.
---La vida es una avalancha: o te lanzas o te anega.
---Reconciliar el mundo: o al menos conciliarlo.
---Hay mujeres de belleza rabiosa: estridente.
---Cuando el vasco se pone lírico se vuelve tímido.
---Ando regular, o mejor dicho, irregular: pero sueño con liberarme de este cuerpo y este mundo, de esta vida y esta muerte.
---Si eliminamos la inmanencia, flotamos: y si eliminamos la trascendencia, nos hundimos.
---Aquí os vais a quedar cuando me vaya: lo siento por vosotros.
---Me lo digo a mí mismo: deberías cultivar el arte de cuidarte.