Morales Ruiz, Juan José (2017) [Reseña del libro Octubre de 1937. La tumba de la República. Se hizo medianoche en España de Yván Pozuelo Andrés]

    • Fecha:21-06-2018
    Morales Ruiz, Juan José (2017) [Reseña del libro Octubre de 1937. La tumba de la República. Se hizo medianoche en España de Yván Pozuelo Andrés]

    Está claro que hablando de la guerra civil el pasado se resiste a pasar, y permanece, a pesar de los pesares, porque no todo está dicho, ni mucho menos. Es el caso, por ejemplo, de la historia de la Caída del Frente Norte, en octubre de 1937. El libro del historiador Yván Pozuelo estudia en profundidad este doloroso acontecimiento, y relaciona los dos octubres que finalizaron con una dolorosa y brutal represión. El primero es el Octubre de la Revolución de Asturias en 1934. El segundo, fue un episodio, igual de doloroso, sino más, y fue la caída de Gijón y Avilés, tres años después. Con nueva documentación Yván Pozuelo desvela como se fraguó este trágico desenlace, y cómo se llevó a cabo la evacuación de la población civil y de parte del ejército afín al gobierno de la República. Asturias quería ser “la tumba del fascismo” y se convirtió en la “tumba de la Segunda República”.

    Con un magnífico prólogo del profesor David Ruiz, uno de los máximos especialistas en el tema de la Revolución de Octubre. Y una serie de capítulos muy significativos sobre el Octubre de 1937, cuando “se hizo medianoche en España”: Gijón octubre 37: “centro del mundo”; Julio 37: los nervios a flor de piel. La pequeña y mediana burguesía piensa en huir; Agosto 37: sin resistencia planificada desde el Gobierno de Negrín. Los asturianos deciden valerse por sí mismos; Septiembre 37: evacuar sin huir; Octubre 37: la ratonera y la fuga tras la caída de Gijón: matizar y justificar las posturas adoptadas, seguir mintiendo sobre el transcurso de la guerra; ¿Frentepopulitas asturianos abandonados?. Conclusión: Salvados y atrapados. Un interesante capítulo de anexos. Y una larga lista de archivos documentales y de fuentes hemerográficas, aportadas para reflejar lo que fue el drama de la evacuación de la población, y sobre todo de los niños.

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    El historiador Yván Pozuelo Andrés, investigó el acontecimiento entre los archivos personales de José Giral (ministro de Estado del gobierno de Negrín), de José Maldonado (último presidente de la II República en el exilio), los atestados y correspondencias de la Administración francesa y británica y los telegramas de la SDN y de la Cruz Roja Internacional. Rescató unos mapas inéditos del antes y después de la situación territorial de las dos España para deleite del curioso sobre la contienda.

    Denuncia que la evacuación de decenas de miles de personas, que se convirtieron en refugiados, dejó mucho que desear. Dice que fue una situación terrible para los que se fueron, emprendiendo los tortuosos caminos del exilio, y también para los que no pudieron irse. Y se detiene a relatar lo que pasó el 21 de octubre de 1937, cuando entraron las tropas rebeldes en Gijón. Ese día se desvanecieron todas las probabilidades a la República de salir victoriosa. Y aunque la guerra se prolongó todavía hasta abril de 1939, ese día comenzó la derrota del bando republicano y la victoria del bando franquista, con las gravísimas consecuencias que tendría en la Historia de España.

    Así, que estamos hablando de un acontecimiento histórico que supera sobradamente los estrechos límites cronológicos de la guerra civil, pues se convirtió en una mortal estocada, que se llevó por delante los legítimos esfuerzos en defensa del régimen republicano.

    Sobre la Revolución de Octubre de 1934, debemos de tener claro que no fue en absoluto el origen de la guerra civil. Octubre de 1934 fue como un tremendo estallido, tres años antes de que finalizara la guerra en Asturias. Fue una auténtica movilización obrera armada, la primera  -y también la última-, que se produjo en España con intención de lograr el poder, promovida por la UGT y el PSOE, liderada a escala nacional por el sindicalista Francisco Largo Caballero.

    Fue una insurrección que, en Asturias tuvo un carácter revolucionario, y en la que colaboraron el anarcosindicalismo de la CNT y la entonces minoría comunista. Los mineros asturianos, muy “bien organizados políticamente y armados hasta los dientes se volcaron sobre la ciudad de Oviedo, sólo defendida por la Guardia de Asalto, controlando la región durante una semana, y dos en las cuencas mineras”. Pero, el movimiento fracasó a nivel nacional ya que no se sumaron los obreros de amplias zonas industriales del resto de España.

    Largo Caballero se entregó voluntariamente en Madrid, a la policía, abandonando a los mineros asturianos que, aislados y sin ningún apoyo, fueron brutalmente reprimidos por los militares que el gobierno republicano envió para abortar la revolución. Diego Hidalgo, el ministro de la Guerra, entregó al general Franco el mando de las operaciones represivas, que fueron llevadas a cabo por la Legión Extranjera que cometió atrocidades sin cuento. Y cuando mató a numerosos civiles (principalmente mujeres y niños), cuando cayeron Gijón y Oviedo el Ejército llevó a cabo ejecuciones sumarias, provocando gran número de muertos.

    El triste balance de la Revolución de Asturias se concreta en la cifra de 5.000 personas, la inmensa mayoría asturianas, entre muertos, heridos, y huidos, civiles y militares. Y como afirma el profesor David Ruiz, luego vino después una prolongada fase de represión gubernamental y de encarcelamientos que se contaron por millares. Finalmente se produjo un notable cambio político en la estrategia de las organizaciones obreras que las llevaría más tarde a la formación del Frente Popular y al posterior triunfo de la República en las elecciones de febrero de 1936.

    David Ruiz dice que, “si en la Revolución de Octubre de 1934 no hubieran participado los obreros asturianos, -en torno a 50.000 trabajadores-, la inmensa mayoría mineros, sólo hubiera tenido un mero carácter episódico y marginal, y no figuraría en ningún caso, como la tercera y última revolución obrera de Occidente, tras la Comuna de París de 1871 y la Revolución Rusa de 1917”.

    Octubre de 1937

    El libro de Yván Pozuelo continúa brillantemente el relato histórico, este ya en 1937. Fue de alguna manera el “segundo Octubre asturiano”. El Octubre del 37. Yván cree que se trata de la “historia de un desgarro nacional, la historia de un error político mayúsculo, aún por valorar, si de los gobiernos republicanos de España, Francia y del liberal monárquico británico, o si de los dirigentes frentepopulistas asturianos o incluso en parte de todos ellos. Es la historia de mentiras asesinas. Es la historia de un bando rebelde cuyas controversias internas no afectaron a la eficacia de la acción militar ayudado por Hitler y Mussolini y la de un bando que defendía el régimen republicano cuyas controversias internas afectaron a la eficacia de la acción militar, pésimamente ayudado por Stalin”.

    Es también la triste historia de “una huida a la desesperada, una historia de traiciones, deserciones y heroicidades... Con la entrada en Gijón de las tropas rebeldes el 21 de octubre de 1937 se derrumbó el Frente Norte. El bando frentepopulista recibió una herida mortal y las demás naciones europeas lo dieron por derrotado. España y Europa sortearon aquí su futuro inmediato. La evacuación de la población amenazada fue un gran drama. Ahora se cumplen 80 años. En este episodio se concentraron todas las entrañas de la guerra civil española”.

    Para desarrollar su trabajo de historiador Yván Pozuelo se plantea el modelo cronológico de estudio. Divide por meses, de julio a octubre porque considera que “determinar el momento exacto de la toma de una decisión es crucial para discernir la historia”. Incluso se detiene en días. “Días, cuyas horas son determinantes para explicar lo acontecido. Octubre del 37 albergó esos días y esas horas”. Y se formula una serie de cuestiones. Por ejemplo, se pregunta ¿Cuándo se dio la orden de la evacuación final? ¿A quién? ¿Cómo? ¿Por qué? Y mantiene que “las respuestas parecían sabidas con los estudios existentes. Técnicamente sí, burocráticamente sí pero no me di cuenta de la importancia de estas respuestas hasta entender cómo se instrumentalizó la información vital de aquellas semanas, desde la toma de Bilbao y Santander hasta la de Gijón en octubre de 1937, desde España, desde la Europa democrática y desde Asturias”.

    El antes y después de la caída de Gijón, de la caída del Frente Norte, se refleja en dos mapas de situación que ponen de manifiesto que efectivamente la caída del Frente Norte fue un acontecimiento crucial de la guerra civil, aunque, se lamenta que por diversas razones la historiografía consideró esta fase como una mera cuestión regional, y no la valoraron en su justo término, y en la importancia que tuvo, como, en cambio, sí hicieron los grandes protagonistas internacionales de la época.

    Resume lo que fue Octubre de 1937. Y lo hace con proverbial laconismo. Octubre de 1937 fue: “acusaciones, ceguera, conato de sensatez y heroicidad”. Dice que “los octubres del 34 y del 37 escribieron las páginas de la historia de dos “resistencias obreras” reprimidas de forma desproporcionada. Impensable, pero la del 37 dejó, comparativamente hablando, a la del 34, en minucias.

    En su opinión Octubre del 34 “quiso instaurar el socialismo fuera de los cánones republicanos, a modo de defensa contra los avances llamados “fascistas” por sus protagonistas. Mientras que el del 37, simplemente se empleó en defender a la República, dejando la instauración del socialismo en un segundo plano. El primero influyó en las circunstancias del segundo tanto en los dos bandos como en las reacciones y posturas del extranjero, en pro o en contra a la vez. Errores políticos graves, heroicidades mal organizadas, ante un enemigo que asestó una violencia sin límites a los derrotados”. Y concluye por último afirmando que “el 21 de octubre de 1937 se hizo medianoche en la España del siglo XX”.

    Consideraciones finales

    A la luz de este último libro de Yván Pozuelo, un libro riguroso y necesario, quizá merezca la pena hacer una breve reflexión sobre las historias de la guerra civil española que están todavía pendientes. Sobre todo, porque se podría caer en la tentación de pensar ilusamente que después de tantos años ya está todo dicho, o ya lo sabemos todo, o no merece la pena volver con estos temas. Como si de este modo, se deseara poner sordina a los estudios históricos serios sobre la guerra civil y sobre todo, se proclamara la necesidad del olvido. Pero ¿qué habría que olvidar si no se conoce lo que pasó? y ¿por qué habría que olvidar?

    Hagamos un justo y objetivo ejercicio de memoria histórica: 21 de octubre de 1937: Las tropas franquistas toman Gijón y Avilés. Desaparece el frente del Norte. Más sintética no puede ser la noticia. Casi telegráfica. Octubre de 1937. La tumba de la República. Se hizo medianoche en España. Es el título del último libro publica do por el profesor Yván Pozuelo Andrés. Un ensayo histórico que analiza la manera en que gestionó la República el final del Frente Norte; la razón que justificó la autoproclamación como «independiente» del Gobierno del Frente Popular de Asturias; y la forma en que se organizó la evacuación de los refugiados.

    Juan José Morales Ruiz
    Profesor Tutor de Historia Contemporánea de España del Centro Asociado de la UNED en Calatayud

    FICHA BIBLIOGRÁFICA

    POZUELO ANDRÉS, Yván Octubre de 1937. La tumba de la República. Se hizo media- noche en España, Oviedo, Sapere Aude, 2017. 167 páginas. ISBN: 978-84-946473-9-0